jueves, 22 de octubre de 2009

Si mancas

Finalmente he regresado de Simancas. Interesante lugar, fuente de información aunque… digamos que para pasar las tardes ,solo, sin el archivo, no ha sido igual de "emocionante".


Para dormitar he estado unas noches en la “black room” (de verdad se llamaba la habitación) con un armario con el tamaño de un ataúd misteriosamente cerrado… Como anécdota, paseando por unas calles laberínticas encontré uno de esos mitos de la Reconquista.


Y es que se cuenta que en tiempos de Ramiro I, Abderraman pedía un tributo de cien doncellas para su harén. Entregar siete de ellas tocaba a Simancas, pero las chicas parece ser que estaban poco dispuestas. Hay que comprenderlas, no siempre es agradable hacer estas cosas, ya sabéis…¿porqué sería?. Por ello decidieron una sencilla solución: cortarse las manos (una genialidad un tanto sangrienta por cierto). Cuando aparecieron así ante Abderraman, a este el asunto (cosas de la vida) no pareció gustarle demasiado, por lo que dijo “Si mancas me las dais, mancas no las quiero” (apercíbase querido lector del complejo juego de palabras). Así se salvaron de un enclaustramiento con tan “noble” personaje. Y es que la Reconquista nos deja estas anécdotas tan “auténticas”…

viernes, 16 de octubre de 2009

Los decembristas

El 19 de Noviembre de 1825 moría Alejandro I. Lo hacía huyendo del invierno del norte. Pero,a pesar de que su salud había dado visos de haber empeorado en los últimos años, la noticia fue recibida con sorpresa. El carismático zar de Rusia, que en su juventud había coqueteado con los liberales franceses y se había repartido Europa con Napoleón, había pasado a ser el estandarte del absolutismo y la religión, siendo el fundador de la Santa Alianza.


A su muerte dejaba un Imperio ruso dividido. Por un lado estaba la Rusia aristocrática, ortodoxa, supersticiosa y rural, tendente al absolutismo. Por otro lado se trataba de un imperio que abarcaba ya para entonces gran parte de Europa. Sus oficiales habían combatido hasta las mismas puertas de París, y muchos al regresar trajeron consigo las ideas liberales que dominaron la Europa de principios del XIX. Contra esta Rusia el zar había movilizado el mayor sistema policial de toda Europa. Pero los espías de Alejandro no habían acallado toda la oposición. A su muerte (o supuesta muerte, pues muchos dicen que esta fue la última de sus excentricidades y que en verdad cumplió su sueño de retirarse a un monasterio) el trono carecía de sucesión directa. Por un lado estaba su hermano Constantino, dos años menor que él. Pero según muchos había sido invadido por las ideas revolucionarias de occidente, por lo que se le veía inadecuado. Además se había casado con una polaca en contra de la tradición y el permiso del zar, que nunca le consideró como un posible sucesor. Luego estaba el joven Nicolás, diecinueve años menor, que no había vivido la época revolucionaria, sino las luchas contra estas ideas y el gran corso. Se mostraba autocrático, y era el favorito de Alejandro para sucederle, aunque nunca lo proclamó abiertamente.


Con la muerte del zar estas dos elites rusas se enfrentaron en el diciembre de aquel año. Poco a poco se veía que Constantino sería aparcado del poder, y grupos de oficiales liberales fueron conspirando para apoyarle e imponer una constitución. Finalmente, el 15 de diciembre, escuadrones armados se apostaron en la plaza del Senado,proclamando defender a Constantino y la Constitución (una anécdota ridícula asegura que los iletrados soldados que acompañaban a estos oficiales estaban convencidos que la constitución era ¡la esposa polaca de Constantino!). Nicolás para entonces había llamado al regimiento Preobrazhenski, famoso por ser los más leales al zar.Entre ambos grupos se abrió una tensa discusión que mezcló el parlamento con las escaramuzas pero, finalmente, los hombres de Nicolás se impusieron y los restos de los sublevados perecieron al intentar cruzar el helado río Neva sin el grosor suficiente. Desde entonces a este grupo de caídos se les conocería como los decembristas por el mes en que todo ocurrió.


Este nombre sirvió de inspiración, casi dos siglos después, a un grupo estadounidense. En sus canciones hablan de historias verídicas o ficticias, pero tienen muy buen sonido. Os recomiendo este disco.

lunes, 12 de octubre de 2009

La negra flor -Tributo a Radio Futura-

Un día de marzo del 2005 “desvíe” a mi padre este disco. Sé que ya se conocen la mayor parte de las canciones, pero por mi parte solo contar que además de la Rosario (puesta hasta la saciedad en la radio), la de Calamaro o la “escuela de calor” os pido que le deis una oportunidad a otras como “Amigo desconocido” de Vicentico, o la Fuga.



El tema de “la Negra flor” ya es cosa aparte. El mismo día que la escuche siguió una noche del todo interesante, y la canción ya está sobradamente otorgada. Seguro que la conocéis. Sino, de verdad, os hago un favor.



1 La negra flor - Fito y los Fitipaldis
2 Corazón de tiza - Rosario
3 Amigo desconocido - Vicentico
4 Escuela de calor - El Canto del Loco
5 En el chino - Rosendo
6 Veneno en la piel - Andrés Calamaro
7 Oscuro affair - Sexy Sadie
8 No tocarte - Pereza
9 Semilla negra - Marlango
10 Un africano por la Gran Vía - Pastora
11 La estatua del Jardín Botánico - Alex Ubago
12 Annabel Lee - Bunbury
13 Corazón de tiza - Las Niñas
14 El tonto Simón - Carlinhos Brown
15 Han caído los dos - Mikel Erentxun
16 El canto del gallo - Raimundo Amador
17 Condena del amor - Ariel Rot y Jaime Urrutia
18 37 grados - La Fuga
19 Historia de playback (bonus track) - Enrique Urquijo

Si os interesa: Arde

martes, 6 de octubre de 2009

Las Muramasa: las espadas prohibidas.

Cualquiera de nosotros al observar el Japón nos asombramos de su cultura. En su cine, en su Manga, en sus videojuegos, podemos contemplar unas formas que hasta hace poco se nos hacían totalmente ajenas a los occidentales pero que a día de hoy nos fascinan y nos invaden al mismo tiempo. Antes de que llegara el periodo Meiji y Japón se convirtiera en la abanderada de la tecnología, de las corporaciones industriales (y, porque no decirlo, temporalmente también de la guerra) Japón vivió encerrada sobre si misma durante más de doscientos años. Fue en los tiempos del Shogunato cuando la cultura samurái llego su cenit. En este periodo el samurái era un hombre armado al servicio de su señor, el daimyo. Esta relación se fue perpetuando a lo largo de los siglos, desarrollándose un peculiar código de honor que a día de hoy es muy conocido. En este mundo bélico, las armas eran un elemento en torno al cual floreció todo un culto, especialmente a la hora de hablar de las espadas o katanas. La forma más célebre de estas, que no la única, es el modelo “Nobunaga”,de un metro aproximado de tamaño y hoja curva cuyo nombre se refiere al siniestro personaje que la ideó (y del que probablemente otro día cuente algo), pero hoy prefiero hablar sobre las espadas creadas por los Muramasa.


Masamune Ozaki fue un forjador de espadas que vivió en el Japón de principios del siglo XIV. Según varias leyendas, se decía que el herrero conseguía crear las espadas más afiladas del Japón gracias a que realizaba un ritual de purificación que las dotaba con cualidades mágicas. Lo cierto es que Masamune consiguió perfeccionar su técnica hasta cotas impensables para la época, creando sables caracterizados por su gran longitud. En realidad se cree que esto lo conseguía laminando una hoja de hierro de un solo bloque de acero trenzado. Aun hoy estas espadas,extremadamente particulares por su morfología, son uno de los objetos más apreciados por cualquier japonés.


Por otro lado esta técnica fue aprendida por el clan Muramasa. A diferencia de las de Masamune, las espadas de los Muramasa se labraron una fama de ser objetos malignos, ya que el ritual con las que las creaban se parecía poco al de aquel clan. Además su morfología alargada las convirtió en instrumentos óptimos para realizar el kaishasku, o decapitación, si bien, todo hay que decirlo, no eran especialmente pesadas.


En 1600 Tokugawa Ieyasu derrotó al “Ejército del Oeste” en la batalla de Sekigahara, dando así por finalizado al periodo de guerras civiles. Tres años después establecía el Shogunato como forma de gobierno, y a partir de entonces y durante dos siglos los destinos del Japón fueron dictados por los shogunes Tokugawa. Ieyasu contaba por entonces con un sucesor, Hidetada. Sin embargo, este no había sido siempre su primogénito. Su hijo mayor había muerto años atrás, obligado a hacerse el sepukku (término correcto para hara-kiri), y el Kaishasku (el suicidio se completaba con una decapitación tras el corte en el pecho). Este último se realizó con una Muramasa. Cientos de sepukkus habían manchado de sangre a estas armas, y el mismo padre de Ieyasu había muerto por uno de sus cortes, pero fue la muerte del hijo la que determino el destino de las Muramasa. Ieyasu, convencido de que estos sables eran una fuente de desgracias para su familia, las prohibió como objetos malignos y contrarios al shogunato. La pena, por supuesto, la muerte.

jueves, 1 de octubre de 2009

Editors en la Riviera

El miércoles 9 de diciembre a eso de las nueve de la noche los “Editors” tocarán en la Riviera.


Hoy por fin he escuchado su tercer trabajo, In This Light and On This Evening. Como pudisteis comprobar con su single se trataba de un disco protagonizado por los sonidos electrónicos. Como crítica personal decir que es un cambio que me ha gustado. Cuenta con grandes canciones como el single mencionado, Bricks And Mortar o the big exit. Si se trata de criticar tiene un gran pero: compararlo con el “an end has a start”. Si el último disco me parece bueno, este anterior me resulta sublime, uno de los pocos en que prácticamente todas las canciones son geniales (con todo lo que además significan).
Así que en diciembre andaré por el concierto (y estáis invitados a uniros a mí, por supuesto... las entradas están a la venta por 27 euros). Para aquellos que no lo conozcáis creo que sería un momento idóneo para empezar a escucharlo…







Bueno, yo os recomiendo que al menos este “an end has a start” le dediquéis unos minutos. Por aquí lo podréis encontrar.
Por cierto, si deseáis escuchar el último disco (y sois tan impacientes como para esperar al 12 de octubre) lo podéis encontrar en esta página.