jueves, 30 de abril de 2009

Colección Panorama Universal


Por fin llego la primavera. Con ella el buen tiempo y la feria del libro antiguo y de ocasión de Madrid www.feriadeprimavera.com

Normalmente esta feria (así como la de libro viejo) se convertía en una caza de libros raros, y una en concreto de historias nacionales. No puedo evitar cierto placer en coleccionar la historia de los distintos países del mundo, especialmente de los europeos. Por otra parte las historias nacionales son, a día de hoy, denostadas por la historiografía, que ven en ellas una peligrosa fuente manipulada. Sea cierto esto o no, considero que nadie debería viajar a un país sin conocer su historia. Y sin embargo es sumamente difícil encontrar libros de ciertos lugares. Han existido diversas colecciones que intentaron suplir este vacío: hoy en día la colección de Cambridge (que para mi gusto se centra demasiado en la historia contemporánea), o antes la colección Surco entre los años 40 y 60. Son libros en su mayoría recomendables para hacerse una idea. Incluso en la colección siglo XXI podemos encontrar ciertas obras de zonas generalmente olvidadas, como pueda ser una historia de Asia Central que abarca mucho más que los mongoles. Y sin embargo existen otros espacios que han sido poco o nada tratados, o son sumamente difíciles de encontrar (y yo aun sigo buscando una historia de Bohemia). Para ello a veces nos tendremos que remontar a las inquietudes de nuestros antepasados del XIX, a la colección Panorama Universal.

Traducida y editada en la década de 1840, esta obra trataba de dar a conocer la historia de los diversos países del mundo. La verdad es que sufre como ninguna las críticas que los autores de hoy hacen a este tipo de historias: el hilo conductor es justificar y legitimar la formación de un estado nación cohesionado, buscando su reflejo en el pasado. Pero sobresale por que es la única en la que podemos encontrar una historia de Dinamarca, de la Hansa o de Suecia. Como crítica, los distintos títulos adolecen de una gran diferencia de calidad. Yo poseo un original de la historia de Dinamarca que me parece sobresaliente, pero no se puede decir lo mismo de la historia de Polonia de Forster, que por suerte no llegue a adquirir. Las obras, si bien escritas con los estilos del XIX, son amenas, llenas de anécdotas apócrifas que depurar (pero hermosas, y quizás más valiosas por el significado que tienen detrás) y además cuentan con diversas ilustraciones. Conociendo el devenir de estos libros veréis que en ocasiones esto último ha sido contraproducente, pues los grabados han sido muchas veces arrancados para venderlos individualmente en las ferias (mi Historia de Dinamarca, por ejemplo, carece de ellos). Además cuenta con la peculiaridad de que existen ediciones en las que un país, por su reducido espacio, comparte volumen con otro.

Por otra parte no puedo negar la belleza y el valor de una obra del XIX original, pero si queréis echar un vistazo a estos libros y comparar su calidad no hace falta que os gastéis los setenta euros que cuestan como mínimo cada uno, pues al ser tan antiguos carecen de derechos, y google books los tiene colgados. Así que os dejo los enlaces que encontré:

Historia de Alemania

Historia de Armenia

Historia de Bélgica y Holanda

Historia de Dinamarca

Historia de Francia

Historia de Inglaterra

Historia de las ciudades Hanseáticas

Historia de Malta y el Gozo

Historia de Polonia + Historia de Cerdeña

Historia de Rusia

Historia de Suecia y Noruega

Historia de Suiza y el Tirol

(Una cosa, aun me falta encontrar otros, como la historia de Tartaria, así que si los veis me lo pasáis.)

viernes, 24 de abril de 2009

Los cantos de Hyperion

No soy muy adicto a las novelas. Como sabéis prefiero siempre cualquier tipo de ensayo. Pero sí que hay unas cuantas por las que hacer una buena excepción (y por ello me encantan vuestras recomendaciones para dilatar dicha selección). Hace poco vi una noticia sobre la versión cinematográfica de Hyperion, de Dan Simmons. Parece ser que para los entendidos sobre el género esta tetralogía se considera como la tercera mejor saga de ciencia ficción tras Fundación (Asimov), y Dune (F.Herbert). Si bien la segunda de ellas no la he leído (aunque la versión de Lynch es de mis películas favoritas), la primera para mi gusto cuenta más con la magistral forma de narrar las cosas de Asimov (yo no dejo de releer su colección de historia) que por lo que cuenta realmente. Yo conocí los Cantos de Hyperión gracias a Abel que me prestó Endymion al quedarme sin literatura en un viaje en Kalamata.

Los Cantos de Hyperión son cuatro libros divididos a su vez en dos. Por un lado están los dos primeros (Hyperión y la Caída de Hyperión) en el que el universo está a punto de entrar en un conflicto total y siete peregrinos van a las Tumbas del Tiempo en el planeta prohibido de Hyperión, donde les espera el señor del dolor, el omnipresente Alcaudón, un ser que no parece seguir los principios del tiempo y que es la imagen viva del apocalipsis. El primero de estos libros es en verdad una versión de los Cuentos de Canterbury de Chaucer, y cada uno de los peregrinos tiene detrás una tormentosa historia. Al final la trascendencia de dichas confesiones superará el interés personal de redención para conectarlas con el problema de trasfondo: su mundo (esto es, la red de mundos, la Hegemonía) no es lo que parece y quizá el alcaudón no sea más que su redentor.

La segunda parte de la saga es la historia de Endymion (Endymión y el ascenso de Endymion). Trascurre mil años después y tiene como protagonista una iglesia que es capaz de dar la inmortalidad con la imposición del sacramento del cruciforme, a través del cual domina el mundo, la Pax. Lo que la iglesia no sabe es que por medio de dicha imposición un orden caído hace mil años intenta restaurarse (o quizás nunca cayera…). La historia narra las peripecias de Endymion, un vulgar personaje convertido en guardaespaldas de la nueva mesías Aenea, que debe restaurar el dominio humano del universo arrebatándoselo de las gentes que están tras el cruciforme.

Sinceramente es una space opera que recomiendo a aquellos que les interese mínimamente la ciencia ficción (a mi no me va demasiado y los cantos me gustaron) y que no busque literatura sencilla a lo Dan Brown, pues mezcla múltiples personajes y la obra muchas veces no sigue un orden temporal, precisamente porque el tiempo en este mundo termina significando poco. Además Simmons no cuenta con la fineza y la continuidad de otros autores, pero crea la que quizás sea la trama más interesante que haya leído en una obra de ficción. Lo poco que he contado antes esconde una historia mucho más profunda, del todo original y que, no os preocupéis, seguro que la versión cinematográfica se carga totalmente.

domingo, 12 de abril de 2009

Think of England (IAMX)

Hoy no sé porque me he levantado con esta canción en la cabeza. Os dejo también el enlace de la canción por si la queréis en mp3 (el enlace es de lastfm, así que no debe dar problemas)…

Think of England

domingo, 5 de abril de 2009

Jan Matejko






Tengo una exótica devoción por la historia de Polonia en la Edad Moderna. Por supuesto no es cómodo decirlo, pues mis compañeros me miran de reojo pensando “pobre…”. No os preocupéis…no es un tema que levante ardorosos debates. Pero si he de confesar que si que existe un momento determinado en el que se inició mi curiosidad. No, no es como dicen las malas lenguas que tuviera una novia polaca (eso es mentira, nunca fue novia) sino que se localiza en la mismísima Roma. En pleno interrail abandonado por mis compañeros (que prefirieron dormir) me fui solo al museo Vaticano, lugar que toda persona debería conocer. Entre todas las estancias llenas de frescos del Renacimiento aparece bruscamente un cuadro del XIX de dimensiones descomunales. Si bien desentona, levanta cierta curiosidad ver a un guerrero de apariencia más bien cosaca (aunque en verdad es a la moda “sármata”) rodeado de estandartes y de águilas blancas en fondo rojo (escudo de Polonia). Se trataba del rey Jan Sobieski, el mayor líder militar de esa patria, justo después de levantar el asedio otomano de Viena. En su mano la carta del Papa pidiendo ayuda para liberar la cristiandad del yugo turco. A la izquierda el emperador dándole la bienvenida. Se trataba de uno de los momentos más épicos de la historia de Polonia. Y por ello lo pintó Jan Matejko (1838-1893). Este autor vivió en una Polonia repartida entre sus vecinos. Mal estudiante, mal orador , su vocación era claramente artística. Gustaba de pintar temas religiosos, pero sus experiencias en pro de la independencia polaca le llevaron a plasmar los lugares de memoria de Polonia. Para ello creó una serie de cuadros caracterizados por su gran tamaño, su sentido épico y el abultado número de personajes que aparecen (algo que siempre me pongo pesado con cierta pintora para que lo haga…). Tampoco me extenderé mucho más, ya que solo he visto en persona dos de sus obras, y no se encuentra nada publicado de él por estas lindes (así que ya sabéis, si lo encontráis me lo decís.). Si decir que proyectó la imagen histórica de Polonia, y mientras en España la mayor parte de estos cuadros del XIX que remiten a estos temas están en su mayoría olvidados (salvo honrosas exposiciones), Jan Matejko es hoy considerado uno de los principales pintores de Polonia.

sábado, 4 de abril de 2009

Bienvenidos a mi círculo

La creación de este lugar se debe simplemente a una tarde aburrida de abril. Muchos me diréis que hubiera sido más productivo leer, echarme la siesta o verme una pelicula. Pero ya he hecho todo eso, y se me ha estropeado el disco duro.

Como su propio nombre indica este blog no tiene un tema único, sino que son variedades, desde música a anécdotas o fotos, y seguro que al final mucho de historia. Espero que quien lo lea halle algo al menos curioso, reírse de lo friki que somos para algunas cosas y mi objetivo , de verdad, no es aburriros. Sino siempre alguien se puede apiadar de mí y regalarme un disco duro…