Tengo una exótica devoción por la historia de Polonia en la Edad Moderna. Por supuesto no es cómodo decirlo, pues mis compañeros me miran de reojo pensando “pobre…”. No os preocupéis…no es un tema que levante ardorosos debates. Pero si he de confesar que si que existe un momento determinado en el que se inició mi curiosidad. No, no es como dicen las malas lenguas que tuviera una novia polaca (eso es mentira, nunca fue novia) sino que se localiza en la mismísima Roma. En pleno interrail abandonado por mis compañeros (que prefirieron dormir) me fui solo al museo Vaticano, lugar que toda persona debería conocer. Entre todas las estancias llenas de frescos del Renacimiento aparece bruscamente un cuadro del XIX de dimensiones descomunales. Si bien desentona, levanta cierta curiosidad ver a un guerrero de apariencia más bien cosaca (aunque en verdad es a la moda “sármata”) rodeado de estandartes y de águilas blancas en fondo rojo (escudo de Polonia). Se trataba del rey Jan Sobieski, el mayor líder militar de esa patria, justo después de levantar el asedio otomano de Viena. En su mano la carta del Papa pidiendo ayuda para liberar la cristiandad del yugo turco. A la izquierda el emperador dándole la bienvenida. Se trataba de uno de los momentos más épicos de la historia de Polonia. Y por ello lo pintó Jan Matejko (1838-1893). Este autor vivió en una Polonia repartida entre sus vecinos. Mal estudiante, mal orador , su vocación era claramente artística. Gustaba de pintar temas religiosos, pero sus experiencias en pro de la independencia polaca le llevaron a plasmar los lugares de memoria de Polonia. Para ello creó una serie de cuadros caracterizados por su gran tamaño, su sentido épico y el abultado número de personajes que aparecen (algo que siempre me pongo pesado con cierta pintora para que lo haga…). Tampoco me extenderé mucho más, ya que solo he visto en persona dos de sus obras, y no se encuentra nada publicado de él por estas lindes (así que ya sabéis, si lo encontráis me lo decís.). Si decir que proyectó la imagen histórica de Polonia, y mientras en España la mayor parte de estos cuadros del XIX que remiten a estos temas están en su mayoría olvidados (salvo honrosas exposiciones), Jan Matejko es hoy considerado uno de los principales pintores de Polonia.
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