miércoles, 20 de mayo de 2009

¿Y si toda la historia fuera en realidad falsa?


Los historiadores vivimos en busca de un pasado verosímil, a través de un método con resultados que son aceptados por una comunidad científica. Algunos diran que hacemos literatura, pero primero habría que ver que es ciencia.

Por otro lado en el pasado la historia no se veía así. Era un lago de sabiduría del que sacar la experiencia pasada, analizarla y aprender de ella. Por ello tenía un fuerte nivel moralizante, y poco importaba que los hechos en si estuvieran plagados de falsedades, si de ellos se podía sacar un mensaje. Claro, nosotros vivimos una época heredera del escepticismo del XVIII y el ansia por la prueba documental del XIX. En esos dos siglos la historia cambio. Y sin embargo este afán por saber la verdad realmente vino de mucho atrás. Ya en el siglo XVI los progresos en la filología se dieron en un deseo por analizar los clásicos y desenmascarar grandes fraudes de los que la Edad Media se había servido (no creo que sea aquí necesario hablar de Valla y la donación de Constantino). La reforma de Lutero se valió de la incipiente crítica de muchos de ellos, y la propia Contrarreforma vió necesario una depuración de viejas tradiciones ahora vistas como supersticiones. Desde Flandes los jesuitas se especializaron en analizar la veracidad e historicidad de santos, conociéndose como los bolandistas. Pero la época de la lucha confesional (los protestantes hacian lo propio en Mecklenburgo) este análisis crítico que pudiera poner los dogmas en peligro estaba limitado.

En una sociedad católica cuyos pilares culturales eran las sagradas escrituras y los clásicos estos últimos no iban a quedar fuera de este análisis. Se hicieron estudios y cientos de traducciones de obras griegas y latinas, pero sin duda quien más llevo adelante sus inquietudes fue el jesuita Jean Hardouin (1646-1729),conocido por su traducción de la Historia Natural de Plinio, pero no tanto por el revuelo de una obra suya “Prolegomena ad censuram veterum scriptorum”. En ella formulaba una teoría radicalmente escéptica: para él solo Homero y Heródoto como griegos, y Ciceron y algunas obras de Horacio, de Virgilio y su obra de Plinio eran clásicos auténticos. Toda la literatura restante eran falsificaciones hechas por benedictinos en el siglo XIII bajo la iniciativa de un tal Severus Archontius, quizá el propio emperador Federico II. Poco después le seguiría Daniel Papebroch, que argumentaba algo similar para todos los textos de época merovingia. La comunidad erudita se interesó entonces por sus ideas, unos a favor, otros en contra, y parece que la crítica de Mabillón (si, el fundador de la paleografía) acabó con el asunto, que paso al olvido, y es que ¿y si toda la historia fuera en realidad falsa?.

La crítica y la nueva historia de los dos siglos posteriores a este debate deberían haber concluido con cualquier duda de verosimilitud de las ideas de estos dos jesuitas. Deberían, pero no ocurrió así. Hardouin inspiró profundamente a un excéntrico , pero brillante matemático ruso en los años setenta, Anatoli Timoféyevich Fomenko quien se rodeo de un grupo que defiende su “Nueva Cronología”. En ella la historia se desprende totalmente de épocas oscuras y del pasado antiguo: todo hecho es posterior al año 800 d.C. , y aquellos fehacientes ocurrieron en tiempos de la Edad Media desde el año 1000(para ello dice echar mano de la matemática). Por supuesto casí nadie acepta sus ideas, pero la anécdota queda ahí, junto a la duda: ¿y si lo que es no es verdad?

5 comentarios:

  1. Primero y por alusiones (sí, alusiones): la ciencia - refiriéndome a aquella exacta y experimental, que no la social o similares, pues ahora a todo lo llaman ciencia - da resultados reales, probables, basados en métodos de prueba y error, cálculo exacto.

    Segundo: La historia tiene de literatura, pues mucho de lo contado ha pasado a la posteridad escrito según conveniencia del gobierno, pensadores o personajes de turno. A vosotros no os gusta leer ésto, pero es así. Tú mismo lo argumentas. De vosotros también depende descubrir la verdad, indagar en ella.

    Tercero: Enhorabuena, porque has conseguido con este texto que una persona que huye de la historia (sobre todo la moderna) como de la peste, se haya interesado por el tema.

    Redactas cual manual de historia, ¿te das cuenta? (si todo lo escrito es tuyo de puño y tecla) Lo cual demuestra con creces no sólo que te gusta lo que haces, sino que entiendes aquello de lo que hablas.

    :)

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  2. Por fin me decido a hacerte un comentario, imposible hace tan solo unas horas, cuando este mundo de Historia Metafísica me enquistaba la cabeza.

    Las teorías del matetmático ruso ciertamente no me convencen, pero he de decir que tienen su punto de razón.

    Efectivamente el cómputo del tiempo ha ido variando de la mano de la evolución de diferentes sociedades y culturas; y es precisamente por ello por lo que hechos acaecidos tiempo atrás -no me aventuro a decir a partir de un momento determinado- pueden no haber sucedido en ese preciso momento en el que nos lo sitúan las fuentes.

    Sin embargo, lo importante no es el tiempo concreto en el que se desarrollaron, sino el acontecimiento en sí, pues aunque hubiera una posible diferencia espacio tiempo las conclusiones a las que un historiador llega analizando ese hecho son las mismas.

    Con estas afrimaciones se puede pensar que para mi los hechos históricos son como pequeñas moralejas, desconectadas del tiempo en que se desarrollaron, pero nada más lejos de la realidad, pues yo, como "protohistoriador" creo en la verracidad de las fuentes documentales de que disponemos, en tanto que hayan sido analizadas desinteresadamente. Bueno, la verdad es que no se si me explico o no, pero ahi queda.

    Respecto del comentario anterior de Irene, sólo una pregunta: porqué huir de la Historia y especialmente de la Historia Moderna? Sinceramente creo que la Historia puede servir para apreder del pasado -si, lo se, típico tópico- y analizar la evolución de la Historia del propio ser humano. Evidentemente la Historia y quienes se ocupan o en un futuro pensamos ocuparnos de ella podemos estar influenciados por nuestras propias circunstancias y por el entorno que nos rodea; la Historia, como he comentado en mi espacio alguna vez, es la puta de la que todo el mundo habla, de la que todo el mundo opina y de la que muy poca getne sabe de verdad cómo es por dentro.

    Pero es precisamente, creo, labor del estudioso -llamemosle sujeto- indagar sobre lo escrito sobre un tema determinado -llamemosle objeto- e interactuar con la información que de él dispone, tanto de fuentes primarias como secuendarias, para llegar a una conclusión verídica sobre el objeto en sí.

    Ale Miguel, ya tenemos debate historiográfico que interactúa con otras Disciplinas Sociales -Irene, yo también estoy de acuerdo en que hoy día a todo lo llaman Ciencia- para llegar a unas conclusiones determinadas :P

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  3. A ver respondo al aludido xDDD

    Huyo de la historia moderna únicamente por cuestión de gusto y conocimiento, no porque considere que se pueda o no aprender de ella y de los frutos que nos ha dejado su desarrollo - aunque soy bastante pesimista con la gente, e incluso con la humanidad, y creo que poco podrá aprender y menos aún aplicar la sociedad de hoy día-.

    Siempre me atrajo más conocer las formas de vida, creencias, miedos, costumbres, cultura, etc de una sociedad a partir de la época antigua (a través de lo cual se fraguó lo que hemos heredado), que los datos económicos, bélicos, políticos o monárquicos desde el fin del medievo a hoy a las 20:40 :p

    Qué se le va a hacer, me gusta más penetrar en las mentes de las personas que en sus bolsillos :p

    pd.- Como futura bibliotecaria, archivera, documentalista, etc... o simplemente como futura colega del paro vuestra, he de decir que a cualquier tipo de documento que sea, no se le podrá achacar nunca la veracidad o falta de ésta de cualquier hecho histórico, pues son sólo soportes de lo que la historia ha querido que se sepa de ella.

    (Qué queréis, debía defender lo mío... por si acaso)

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  4. Irene, estoy totalmente de acuerdo cuando dices que sólo se conservan las fuentes que la Historia ha querido que se sepa de ellas. Aunque creo que más concretamente sería decir que se han escrito por intereses históricos de perdurabilidad de una imagen a lo largo del tiempo y que diferentes agentes externos han sido los últimos encargados de hacer que esos documentos lleguen hasta nosotros.

    El debate de si la cultura clásica está hoy en día presente en nuestra sociedad ya lo tuve el año pasado y no con buenas consecuencias la verdad; es cierto que cualquier cultura posterior a la romana ha acudido a ella como fuente de legitimación y de inspiración en lo que al derecho se refiere; pero no es menos cierto que todas esas sociedades, partiendo desde un punto común, han creado lo que somos hoy día. Y tampoco es menos cierto que la civilización romana ha bebido, como tantas otras a lo largo de la Historia, de otros pueblos y culturas que ha hecho propias y las ha dado su toque personal.

    Creo que hay cosas de tiempos pasados que hoy en día seguimos viendo, empleando, leyendo y manteniendo en nuestro bagaje cultural; y creemos que lo hemos inventado todo o gran parte de ello. Pero también digo que en los siglos modernos se fraguó gran parte de la cosmovisión que hoy tenemos del mundo, de la cultura, de las letras, etc, yendo mucho más alla de aspectos económicos y políticos.

    (veo que tenemos gran deformación profesional ambos dos :P)

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  5. Ok, estoy un poco abandonado, así que no he hecho mucho caso a esto. Lo primero gracias por comentar, me gusta que me leáis. El tema sí que lo he escrito yo (si señor A. , un coñazo, si) como mera curiosidad de gente que niega la Edad Antigua (si, nos reímos de estos, pero no de aquellos que niegan prácticamente la prehistoria con ciertas ideas, y son muchos más).
    Sobre el asunto de la ciencia, ok si, nosotros hacemos literatura, concebimos nuestras ideas y las escribimos (el otro día creo que Revi estudiaba algo así…). Pero bien vosotros sabéis que eso que llamáis ciencias exactas si por una parte tienen una probabilidad mucho mayor que se le acerca ese término son solo eso, una probabilidad. Además su forma de expresarlo a través de unos símbolos creados y basados en modelos ideales suponen subjetividad. A efectos prácticos la proporción y resultados hacen que podamos llegar a hablar de ciencias exactas, y defenestrar las ciencias sociales como tales (gracias Mayo del 68 y exceso de academicismo intragable), pero la teoría nos da cierta razón, pues las puras dan resultados probables, no exactos (por eso de Einstein y esas cosas) a través de un método , y que son aceptados por una comunidad científica como auténticos. La diferencia es que estas resultados en las exactas o puras los podemos considerar dogmas inalienables (aunque la teoría nos diga que siempre son discutibles), mientras que la subjetividad del método de las ciencias sociales nos lleva muchas veces a no considerarlas como tales, a dudar de sus resultados, pero si concebimos asi la ciencia nada se libra en teoria.

    Lo dicho, un placer hablar con vosotros.

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